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13 de marzo

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Un amistoso de básquet entre Peñarol y Quilmes terminó en batalla campal

Polideportivo
05/10/2024 • 21:23

Las parcialidades se trenzaron a golpes cuando faltaban unos minutos para la finalización del encuentro.

El clásico de pretemporada entre Peñarol y Quilmes, ambas instituciones de Mar del Plata, iba a ser una fiesta; incluso, las gradas del Polideportivo Islas Malvinas estaban colmadas por simpatizantes de uno y otro club.

Sin embargo, a 2 minutos y pico del final del último cuarto, con el resultado favorable a Quilmes por 63 a 48, lo que era una fiesta del básquet de la ciudad balnearia se transformó en un escándalo desatado por una batalla campal entre las parcialidades.

La escasa distancia entre las hinchadas y la falta de previsión por parte de los organizadores del partido en el que se disputaba la Copa Juan Pablo Sánchez-Ciudad de Mar del Plata, habilitaron el infierno que obligó a la suspensión del encuentro.

A 150 segundos del final, a las discusiones entre los espectadores siguieron insultos, empujones y golpes entre algunos, gresca a la que se sumaron más y más: la batalla entre hinchas se convirtió de pronto en campal.

Las sillas volaron por encima de la gente, personas fuera de sí atravesaban corriendo los sitios reservados a la prensa para arrasar con periodistas, teléfonos celulares y computadoras. Nada se salvaba de la furia desencadenada por un partido amistoso de básquet, deporte marplatense dilecto.

Los pocos efectivos policiales presentes en el evento se vieron impelidos a intervenir con bastones y gas pimienta para evitar que la pelea se generalizara más aún: varios terminaron heridos, sin ningún detenido.

El partido fue suspendido con la victoria de Quilmes ante Peñarol, resultado que debía ser central —sea cual fuera—, pero terminó siendo anecdótico. Los marplatenses solo recordarán con vergüenza el papelón, los hechos inusitados de violencia.